lunes, 28 de julio de 2014

Festival de verano en Benidorm

EL BIG LOW (VOL. 1) VIERNES


Tarde de julio en el epicentro del verano. Benidorm luce sus armas más sólidas, un sol que no perdona moldea una atmosfera espesa que envuelve el paisaje desértico. Entre dunas de coches avanzan caravanas de intrépidos viajeros que buscan la sal en el Low Festival





Dentro del recinto Triángulo de Amor Bizarro lanza sus andanadas post punk de manera intermitente contra un público que sufre aun los estertores del día mientras avanza hacia el crepúsculo. El escenario Budweiser, la plaza más grande de la ciudad Low es tomada por un exPirata. La inconfundible voz de Iván Ferreiro desgrana un repertorio que recuerda en estilo y tono a la banda de bucaneros que cruzó los mares el indie hispano. Un leonés apellidado Benavente entona sus himnos contestatarios de verso sólido y arreglos cuidados con estribillo escatológico incluido, dedicado a los autores del régimen de castas que nos gobierna. ‘Está muy claro que algo tiene que cambiar o se irá todo a la…’ Palabra recurrente en otros temas que sonaron en la noche como el que empuñó Sidonie, siempre exquisitos en su puesta en escena luciendo su eterna delgadez versión estrellas de rock, esta vez sin sitar.  







La mayor de las fiestas del viernes y posiblemente de todo el festival tiene origen sueco. The Hives hicieron explotar toda la fuerza de su rock tremendo, contundente y salvaje en un directo sensacional que entusiasmo a lowers estudiosos del cartel y atrapó a los más desprevenidos. Pelle Almqvist,  líder y guía de la banda más gamberra de la península escandinava, recordó con su himno Come on la declaración de intenciones de una simple y sincera manera de vivir la música desde los sonidos más básicos que provienen del garaje. 






Vetusta Morla, el cabeza de cartel patrio del día, llenó el campo de sus fieles  que entonaron temas y corearon a una banda seria y estudiada que no permite deslices en su Deriva. La velada del viernes abrió su Volumen 2 entre los efluvios profundos y persistentes de la electrónica de Holy Ghost. Llega el momento para los bailes lascivos y las miradas inquietas a ritmo de djs estratégicamente diseminados entre el recinto donde Benidorm ha vivido sus citas deportivas importantes y ahora musicales. Que dure el verano mientras el Low crece.

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